Llega el día del actor y la actriz: celébralo junto a los directores de casting Cristina Perales y Eduardo Pérez.

La de actor y actriz es una profesión con un punto de magia, una que permite vivir mil vidas y después volver a la propia. En este mundo, donde muchas veces nos atrapa la rutina, conseguir meterse en la piel de otros de forma que parezca tuya no es tarea fácil. Lograr que el público empatice hasta llegar a sentir lo mismo, aun menos,  haciendo que la ficción parezca tan auténtica que se vuelva real. Lo único que tiene que demostrar un actor es “que el personaje cobra vida” con él, tal y como afirma la directora de casting Cristina Perales. 

Perales, que recuerda con especial cariño sus comienzos junto a Guillermo del Toro y en concreto los castings de los niños de El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno, destaca que lo más importante de cualquier proyecto es que los protagonistas “acerquen a la verdad y nos hagan sentir”. Junto a una buena historia y guión que le dé forma, estos parecen ser los factores clave para crear una obra maestra. Una en la que desde el principio se quiere participar. 

Con una carrera que acumula cientos de anécdotas, señala que los intérpretes siempre ”tienen algo diferente que enseñar y crear” adaptándose a lo que exija la grabación. Por ello, anima a los jóvenes a continuar con este oficio y a confiar en ellos mismos, aconsejando que “sean constantes y perseverantes, el talento sin trabajo y esfuerzo se desvanece”. 

Cristina Perales, que ahora está participando en Camino de la Suerte, ópera prima del director Jorge Alonso (que narra la historia de amor de una pareja de 70 años) desvela además qué es lo que más se valora de los candidatos durante un casting: “que vengan con la prueba bien preparada, tanto de texto como de personaje y que traigan una propuesta sin miedo a que no sea correcta”. 

También con motivo de este día tan especial, el director de casting Eduardo Pérez cuenta un suceso que tuvo lugar mientras trabajaba como casting assistant, en concreto para una producción de Spike Lee en 2001: “durante la sesión, una de las actrices brilló especialmente durante su interpretación (…). Spike Lee quedó tan impresionado con ella que, aunque no encajaba del todo en las escenas, inventó un personaje para ella en el guión. Incluso, tiempo después, pidió que audicionara para su siguiente película”. 

La experiencia sirvió además para apreciar la importancia que supone contar con un buen reparto, y es que para Pérez “no importa si la localización es impresionante, si la dirección de arte es llamativa o si los efectos especiales son realistas, no hay nada en esta industria que nos transmita más que una interpretación sincera, en primer plano (…). Esa es la verdadera magia del cine.” 

Por Ángela Moreno Vallejo.


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