Migraciones flexibiliza los requisitos y acorta los plazos para atraer profesionales extranjeros del mundo audiovisual.
Hace unos años España perdió el rodaje importante de una película por no darle los papeles a una maquilladora. No era una profesional cualquiera. La apariencia del protagonista estaba en sus manos, pero la mujer no acreditó documentalmente su cualificación, uno de los requisitos para obtener el permiso de trabajo que necesitaba para la producción.
Aunque a pasos lentos, España está comprobando cómo sus plazos, procedimientos y exigencias para extranjeros no se corresponden con la realidad y las demandas del mercado laboral. Ha ocurrido con los trámites para los menores inmigrantes no acompañados, que la propia Secretaría de Estado de Migraciones ha reconocido que complican en exceso su inclusión, y ahora con los permisos de los profesionales del mundo audiovisual.
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